Falafel, blaklavá y philo son los títulos de platillos que con sólo oírlos (o leerlos) nos transportan a miles de kilómetros y cientos de años. Sus singulares ingredientes son demostrativos de una larga tradición en países de medio oriente que comparten raíces culturales, religiosas y sociales, como Palestina, Turquía, Líbano, Emiratos árabes y hasta Egipto y Marruecos, no podría enumerar todos los territorios en los que se pueden conocer éstas delicias.
Y es así como la comida no conoce de política, diferencias sociales o territoriales, si no que pertenece a la memoria de un solo pueblo que se dice descender de Ishmael hace muchos años más allá de Cristo. Y que después de caída de imperios, conquistas, independencias y pandemias llega a nuestras mesas para deleite de toda nuestra familia.
Aquí te presento la crónica de cómo el grupo de nutrición realizó la receta de falafel modificada (con garbanzo, la original tiene carne) con el fin de que el alumno identifique el momento en qué las especias son añadidas a un alimento y el rol que juegan al modificar la textura y sabor. Por otro lado se puede observar las habilidades de creatividad y solución de problemas que los alumnos ponen en práctica al modificar las recetas con el fin de realizarlas con el material disponible en sus hogares.
Puedo concluir que ésta ha sido una práctica enriquecedora porque a través de ella los alumnos pudieron aplicar la teoría vista con anterioridad. Por lo que es un compromiso entre alumnos y profesor, facilitar más encuentros como éste para la consolidación de los objetivos de aprendizaje de la materia.
YC. HERNANDEZ
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